Cuentos para niños.
La lechuza, la paloma y el Cuervo.
Había una vez, una lechuza que buscaba nuevos cuentos para sus hijos que se encontraban con su madre.
En busca de dichos cuentos, la lechuza voló para encontrar anécdotas que transformara en infantiles cuentos que sirvieran para sus hijos.
Voló unos cuantos kilómetros cuando se encontró con una paloma; blanca como las nubes y con unos ojos tan azules como el cielo, le pregunto a donde iba y porque, a lo que la paloma respondió:
–Sólo el cielo sabe mi camino y mi mente mi objetivo–
No se molesto en decirle más a la lechuza. Retomando el vuelo de nuevo, se limitó a batir sus alas con cierta molestia por su camino interrumpido.
La lechuza retomo su vuelo para buscar a alguien más cooperativo que aquella paloma, y lo encontró. Se había topado con un Cuervo que fijaba sus ojos rojos en la lechuza, esperando a que ella le dijera que quería.
La lechuza, repitió sus preguntas sobre su destino y la razón, a lo que el Cuervo respondió con diversión lo siguiente:
–Mi camino es para encontrar comida, sólo yo se quien es mi presa y la noche es la cómplice que guarda mis secretos–
Grazno con burla, batiendo sus alas para tener sus garras libres e invitar a la curiosa lechuza, a su camino carmesí que la noche ocultaba ante la profunda oscuridad que ocultaba todo.
Moraleja: No todo ser puro es amable, ni el amable un bien que mal no traiga.